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Desarrollos digitales de la Historia del Arte

1. Conceptos básicos de análisis de datos y su gestión en las HD

Lectura 2 - Rodriguez-Ortega, N. (2018) Desarrollos digitales de la Historia del Arte: implicaciones epistémicas, críticas y metodológicas. Libro: Humanidades digitales: edición, literatura y arte. Bonilla Artigas Ed. y Red de Humanidades Digitales. Pag:127-121 ISBN: 978-607-8560-58-5.

El desarrollo digital en el ámbito de la historia del arte evoluciona desde unas tempranas experiencias en catalogación, ordenación y sistematización con el predominio de las tecnologías de Base de Datos, desde una memoria de archivo a otra de proceso e interconexión, de objetos y sujetos de conocimiento que permiten el desarrollo de nuevo conocimiento, en definitiva trascender un uso básicamente instrumental de la tecnología que no supone un proceso de ruptura sino de evolución e interpenetración multidisciplinar y colaborativo.

En esta línea es necesario definir estándares de actuación compartida y códigos de buenas prácticas. Rodriguez-Ortega nos resume las líneas de actuación en: Entender y asumir el ambio de paradigma, desarrollar las habilidades, potenciar la colaboración, replantear la definición de autoría, apertura a la expermientación, la innovación y reformular las prácticas y supuestos vigentes con una dimensión ética y a escala global.

Resumen EGA: A continuación se incluye texto original y se ha realizado en base a la referencia bibliográfica que se indica y ha sido realizado con fines exclusivamente académicos.

El giro digital no constituye –solo- un problema técnico, sino que se instituye en un horizonte crítico porque subvierte el orden de los regímenes epistemológicos y disciplinares en los que hasta ahora se había asentado el conocimiento, trascender el carácter puramente instrumental.

Historia del Arte, computación y medios digitales: revisión histórica para la definición de un campo de investigación in progress

Los procesos de institucionalización, especialmente en Europa debido a su propia configuración geopolítica, es un escenario muy atomizado de iniciativas y acciones disgregadas, en el que los diferentes grupos de investigación trabajan sin apenas vínculos entre ellos.

Breve recorrido histórico

En el año 2000, el congreso del CIHA celebrado en Londres dedicó una sección específica a lo que se denominó Digital Art History Time.

Aunque con una línea de investigación propia y diferenciada, es necesario tener en cuenta los proyectos llevados a cabo en el campo de la arqueología virtual y la modelización arquitectónica y urbanística, que han sido esenciales para la expansión de los estudios históricos y artísticos. La labor realizada por las instituciones museísticas, así como el trabajo de bibliotecas y archivos, muchos de ellos integrados en proyectos supranacionales con fuerte apoyo político e institucional –como Europeana.

Las necesidades tradicionales de la Historia del Arte y de las instituciones de la memoria, muy marcadas por los procesos de catalogación, ordenación y sistematización de los artefactos culturales; y la adecuación a la tecnhe que caracterizó la década de los noventa y primeros años del siglo XXI, definida por la base de datos como expresión de una nueva cultura (Manovich, 2001) y por las técnicas de digitalización, archivo y registro; técnicas que, a su vez, contribuyeron a modelar la idea de Internet como espacio para compilar, registrar, mostrar y obtener información. La cultura, está empezando a dejar de comportarse como, principalmente, una memoria de archivo para hacerlo en cambio como una memoria de procesamiento, de interconexión de datos –y sujetos- de conocimiento, el registro de información dejaba paso a la producción de conocimiento; y el medio digital se transformaba en un entorno intelectualmente productivo. El punto de inflexión que representa la Historia del Arte Digital nace, esencialmente, de la toma de conciencia de que era necesario superar la fase de creación de archivos y sistemas informacionales, la fase de la reproductibilidad digital, para llevar a cabo proyectos capaces de producir conocimiento nuevo, es decir, capaces de dar respuestas inéditas a las problemáticas tradicionales de la Historia del Arte o bien de proponer preguntas nunca antes planteadas.

Este nuevo escenario epistemológico, crítico y metodológico no supone una ruptura radical respecto de la tradición disciplinar de la Historia del Arte y sus marcos teóricos vigentes, sino un proceso de interpenetración, en el que algunas cosas permanecen, otras se pierden, otras se reformulan y otras emergen como cuestiones nuevas. 

Actuales líneas de desarrollo y procesos de transformación disciplinar

Tres vertientes de actuación: en primer lugar, la construcción de infraestructuras orientadas a hacer factible la investigación histórico-artística desde parámetros digitales. En segundo lugar, asistimos a un auge creciente de los proyectos e iniciativas cuyo objetivo es la experimentación  Y en tercer lugar debemos mencionar el planteamiento de debates críticos

Economía de la abundancia y el factor del acceso «global»

Si algo define nuestra sociedad digital es la posibilidad de acceder a una cantidad sin precedentes de materiales, contenidos e informaciones. El acceso a nuevos materiales facilita, igualmente, el hallazgo de aspectos ignorados hasta ahora, con capacidad, por tanto, para cuestionar las narrativas histórico-artísticas prevalentes. 

La economía de la abundancia entraña la necesidad de aplicar filtros críticos. Así, uno de los retos que debemos asumir es la elaboración de protocolos consensuados que acrediten la calidad de los recursos y de los materiales digitales. 

Los problemas asociados a los derechos de propiedad de las imágenes y las grandes disparidades que al respecto encontramos entre países e instituciones. Es necesario estar atentos a las asimetrías y desequilibrios -con sus consiguientes procesos de exclusión y marginalización- que emergen de la propia actividad «digitalizadora» de la cultura, dado que pueden representar limitaciones para el desarrollo de la Historia del Arte Digital, además de implicar importantes sesgos en la investigación. En tercer lugar, es necesario fomentar el uso de metadatos y estándares  reclamar el incremento de los datos abiertos,

Los efectos mediales de los nuevos modos del «ver» y del «mostrar»

Estas interfaces aportan, pues, un plus de legibilidad a las reconstrucciones del pasado y a sus interpretaciones, facilitando y expandiendo las tareas investigadoras tradicionales del historiador del arte. Su capacidad para modificar nuestras formas de conocimiento y comprensión.

El modelo de reconstrucción virtual desarrollado en el marco del Oplontis Project, que hace posible explorar el impacto de la condiciones lumínicas sobre las pinturas de las villas pompeyanas en diferentes momentos del día. Plantean nuevas preguntas: por ejemplo, ¿cómo y en qué grado los artistas tuvieron en cuenta las trayectorias lumínicas en la composición de sus obras? A estas técnicas de reconstrucción habría que añadir también las líneas de tiempo y las cartografías dinámicas, que permiten visualizar y seguir los cambios producidos en un contexto y en un espacio a lo largo de un eje temporal amplio. 

Del archivo y catalogación de contenidos a los ecosistemas de conocimiento complejo y los espacios de colaboración

Heilbrunn Timeline of Art History desarrollado por el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, que presenta la colección del MET a través de una exploración múltiple –cronológica, geográfica y temática- de la historia del arte global. Asimismo, la conexión de diferentes materiales interpretativos (textos, conferencias, entrevistas, críticas, etc.), 

Otras preguntas, tales como ¿de qué manera se definen los límites del catálogo en un espacio abierto, como es el digital? o ¿de qué modo el catálogo razonado, en cuanto fijación
autorizada del corpus de un artista, puede ejercer su labor de «referente» en un espacio que posibilita una actualización continua?, representan algunas de las cuestiones sobre las que actualmente se está reflexionando.

de la soledad del trabajo individual se transita progresivamente a las culturas de la participación y la colaboración.

Análisis y visualización de grandes conjuntos de datos. El giro cuantitativo

Más disruptivas en cuanto a la concepción tradicional de los estudios histórico-artísticos son las estrategias de análisis basadas en el procesamiento computacional de grandes conjuntos de datos. 

 Esta es la razón por la que se habla de un giro cuantitativo (quantitative turn) en el ámbito de los estudios culturales (culturomics, cultural analytics), 

Este cambio de perspectiva –de escala- hacia lo global y exhaustivo es lo que Franco Moretti (2005 y 2013) ha denominado el paso del close reading, la base de los estudios humanísticos hasta ahora (análisis en profundidad y en detalle de un conjunto reducido de elementos en cuanto que representativos de la totalidad), al distant reading, que implica el análisis de los hechos culturales en toda su posible exhaustividad. 

obtenemos una visión global de los sistemas de conexiones subyacentes a sus procesos de producción y de cómo estos evolucionaron a lo largo del tiempo. Asimismo, estos
resultados nos fuerzan a reconsiderar, desde otra perspectiva, las estrategias individuales adoptadas por los artistas en sus elecciones de temas y estilos 

una de las grandes expectativas para los estudios histórico-artísticos digitales se encuentra en la creciente capacidad de la tecnología para procesar grandes conjuntos de imágenes de acuerdo con parámetros estrictamente visuales. 

software capaz de detectar similitudes visuales, compositivas y figurativas entre las imágenes, lo cual, según sus autores, está posibilitando el descubrimiento de «influencias» artísticas nunca anteriormente advertidas 

¿realmente estamos ante un conocimiento «objetivo»? el software, los algoritmos y los códigos son productos culturales en los que se inscriben determinadas asunciones, presupuestos ideológicos y convenciones, intermediando, por tanto, en cómo interpretamos los fenómenos culturales. La objetividad sigue siendo solo relativa.

También lo son los propios datos, seleccionados, modelados y estructurados según determinados criterios. 

Finalmente, la posibilidad de operar con estos conjuntos de datos implica también notables retos técnicos, metodológicos y pedagógicos. sin olvidar la dimensión ética 

Nuevos relatos y formas de comunicación

los modelos de publicación se nos presentan como un proyecto interdisciplinario en el que intervienen programadores, diseñadores de interfaz, especialistas en experiencias de usuario, expertos en storytelling, etc., muy alejado, pues, de la tradición escrituraria en el campo de la Historia del Arte.

 Los procesos de curaduría digital se ven expandidos con la incorporación de técnicas de visualización de datos, medios interactivos, descripciones enriquecidas y prácticas expositivas. 

Entendemos aquí por «curaduría digital» la selección y presentación de contenidos heterogéneos en un sistema interconectado con el objeto de producir determinados sentidos y significaciones.

Historia del Arte, producción social de conocimientos e interacción con otros actores

Pero quizás el gran reto que se le plantea a la Historia del Arte no sea convertir a los usuarios y a sus interacciones en objeto de estudio y análisis –en realidad, esto forma parte de su núcleo epistémico tradicional-, sino el hacer de ellos colaboradores en la tarea de interpretar el desenvolvimiento de la cultura artística y contar sus relatos.

 estrategias de colaboración masiva (crowdsourcing) y etiquetado social (social tagging) en la configuración de los corpus de datos, lo cual permitiría enriquecer las descripciones semánticas y nos proporcionaría más puntos de acceso de los que el conocimiento experto podría pensar. 

 es necesario que aceptemos los procesos de desjerarquización de los conocimientos como uno de las conquistas de nuestra sociedad, aunque eso implique la pérdida de
cierto o mucho poder.

En definitiva, y resumiendo todo lo dicho hasta ahora, hablar de Historia del Arte Digital implica pasar del «utilizar» herramientas, al pensamiento crítico e interpretativo; de las políticas de archivo y acceso, al desarrollo de conocimientos inéditos y a la elaboración de nuevos modelos de comprensión; y de los regímenes institucionales tradicionales, a la construcción de ecosistemas de conocimientos múltiples, híbridos y trans-institucionales. 

 la Historia del Arte Digital no constituye un campo disciplinar en el sentido tradicional del término que haya que definir, sino un modo de pensar y de actuar, un posicionamiento crítico y activo ante las nuevas formas del conocimiento, la cultura y el saber propios de nuestro tiempo.

Coda final

Es necesario:

  1. Desarrollar una conciencia de cambio de paradigma y adoptar un posicionamiento crítico ante los nuevos procesos vinculados al acceso, producción y distribución del conocimiento.
  2. Adquirir nuevas habilidades y desarrollar nuevas formas de pensamiento.
  3. Aprender a colaborar con otros a fin de garantizar contextos híbridos e interdisciplinares 
  4. Reformular los procedimientos y las metodologías que han sustentado hasta ahora la investigación histórico-artística. En este sentido, se hace patente la conveniencia de desarrollar códigos de buenas prácticas y diseñar protocolos de actuación compartidos.
  5. Permitirnos a nosotros mismos ser creativos, así como experimentar e innovar, 
  6. Desarrollar una conciencia sobre la dimensión ética que conlleva el digital turn; 
  7. Actuar a escala global para lograr grandes acuerdos internacionales 
  8. Sin embargo, es cierto que no podemos hacer todas estas cosas solos. Necesitamos el compromiso y la participación de las instituciones, 

 

 

Interés
Válido
Observaciones
LO2 Lectura Obligatoria Tema 1